No es lo mismo ser bueno, que ser incapaz de ser malo. No es lo mismo ser pacífico, que ser cobarde. No es lo mismo ser casto, que ser impotente o reprimido. No es lo mismo ser humilde, que ser incapaz de valorarte a ti mismo. No es lo mismo perdonar, que dejarte pisotear, incapaz de defenderte. No es lo mismo estar al servicio del prójimo, que servirte del prójimo para parecer virtuoso…
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